Con emotivas palabras, éste domingo, durante las misas celebradas, se despide el rector de nuestro Templo de Cristo Redentor., las transcribimos integras:
"Hay una canción que dice: “Todo pasa, todo queda, pero
lo nuestro es pasar…” Nunca mejor aplicado este texto que a la vida de un
sacerdote, a la vida de un “cura” como familiarmente nos conocen “lo nuestro es
pasar” de un lado a otro, cambiando constantemente de destino, con las maletas
“siempre listas” porque nuestra opción en la vida ha sido “servir”, a Dios, a
nuestro Dios y servir a los hombres.
Hace poco más de seis años llegue entre ustedes con la
alegría y entusiasmo de compartir la fe que nos une. Desde ese tiempo tenía
miedo llegara este momento. Y, pero hoy, como el niño que se da valor al
tomarse de la mano de su madre, de la mano de nuestra Madre Santísima, me doy valor para vivir este momento con
espíritu de fe. Un momento especialmente difícil, aunque ciertamente “No es más
que un hasta luego, No es más que un breve adiós…”
Caminante no hay camino, se hace camino al andar… escribe
el poeta, y el cristiano es ese caminante que va haciendo el camino al andar,
sin embargo no interesa quien o con quien se camina sino hacia donde se camina.
El hombre de fe sabe que su caminar es hacia Dios, hacia la madurez en la fe.
No interesa quien indique la pauta, lo importante es, al final de la carrera
recibir la corona de la victoria.
En clima de fiesta, los invito pues a recibir el P.
Adolfo Manzano León, quien a partir del viernes 14 de octubre, en misa de 7:30pm se integra a este caminar.
Como dice San Pablo en la Carta a Filemón al presentar a Onésimo “Recíbelo como
a mí mismo”. Los invito a que lo reciban
con alegría y con entusiasmo, recordando que él ha sido llamado a servir a Dios
y a ustedes en ésta comunidad. Hagamos fiesta por su disponibilidad al
servicio.
Por mi parte agradezco todas sus deferencias para con
un servidor, nuestro buen Dios me ha llamado a servirle como párroco de la
parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el barrio del Zapote e inicio mi
encomienda el lunes 17 de octubre a las 7 de la noche. Solo me resta pedirles,
aquello que el Papa Francisco en su visita a México, convirtió en su mejor
discurso: “No se olviden de rezar por mí”. Muchas gracias!"
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